Jimena Cabrera
- Escuela Fundación PROED

- 6 may
- 2 Min. de lectura

Me gradué de Proed en el año 2016, y desde entonces he vivido una etapa llena de nuevas experiencias y oportunidades, así como de desafíos y retos. Al principio, me costó mucho adaptarme a un nuevo ambiente, con nuevos profesores, compañeros y lugares. Sin embargo, todas esas experiencias me dieron la oportunidad de conocer gente nueva y de descubrirme a mí misma a través de los desafíos.
En el colegio, decidí estudiar el bachillerato técnico en informática, al mismo tiempo que continuaba mis estudios de inglés y piano. Sin embargo, con el tiempo, tuve que dejar el piano para dar prioridad a otras actividades. En 2018, postulé un proyecto comunitario a un programa de la Embajada de Estados Unidos. Junto a otros 12 jóvenes, fui seleccionada para recibir mentoría sobre liderazgo y la ejecución de proyectos comunitarios, además de participar en un intercambio cultural de dos semanas en Estados Unidos. Sin duda, fue una etapa intensa, llena de desafíos y experiencias que enriquecieron no solo mi desarrollo profesional, sino también mi crecimiento personal y sensibilidad hacia los demás.
Al terminar el colegio, me integré como voluntaria en la DIREMOV (Dirección de Reserva y Movilización de las FFAA), una actividad que me llenaba de patriotismo y esperanza en un Paraguay mejor. Fue entonces cuando decidí arriesgarme y prepararme para los exámenes de admisión de la ACADEMIL (Academia Militar Mariscal Francisco Solano López). Luego de un año de arduo entrenamiento físico y tutorías en diversas materias, me presenté a los exámenes y logré ingresar junto a otras 14 mujeres.
Llegó el momento de iniciar el período de adaptación como aspirante a cadete. Fueron meses duros, con largas jornadas de adiestramiento militar, pocas horas de sueño y sin poder ver a mi familia. Sin embargo, todo el desgaste mental y físico fue reemplazado por un sentimiento de orgullo y satisfacción personal cuando, en mi primer día de franco, vi llegar a mis familiares para recibirme.
Con el paso de los meses, se anunciaron oportunidades de becas en el exterior. Sin dudarlo, comuniqué a mis superiores mi interés en postularme para la beca a la República de China (Taiwán). Tras evaluar mis puntajes y nivel de competencia en inglés, fui seleccionada.
Hoy soy cadete de tercer curso del Departamento de Ciencias Informáticas en la ROCMA (Republic of China Military Academy), encargada de escuadrón y una aprendiz eterna de cada nueva experiencia, tanto dentro del cuartel como fuera de él, que la vida me presenta día a día.




